La llena de gracia

Partamos del saludo del ángel a María (Lucas 1, 28),  en la versión en latín de dicho texto se nos dice que el saludo fue: "Ave María, gratia plena, dominus tecum", es decir Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo.
¿Qué quiso decir el ángel al llamar a María la "llena de gracia"?, pues precisamente que en ella no había sombra de pecado alguno, ya que por singular gracia y privilegio divino, en previsión de los méritos del hijo que de ella nacería, fue preservada del pecado original.  Por ello se deduce que si el ángel la llama "llena de gracia" es por que ante Dios ella verdaderamente lo está, es decir no tiene sombra de pecado alguno.
Si vamos al idioma en que originalmente estaba escrito el Evangelio de Lucas, es decir el griego, en este texto en lugar de llamar a la Virgen la llena de gracia, el ángel la saluda usando el vocablo kejaritomene, vocablo que no tiene traducción al latín y mucho menos al español, ya que más que una palabra es un concepto que indica que la persona a quien va dirigida es "desde siempre, por siempre, y hasta siempre, llena de gracia", es decir, esta sola palabra en griego nos revela que la Virgen fue concebida sin pecado, no por méritos de ella, claro está, pero si por gracia de Dios.

Es Dios el autor de su estado de gracia: llena, colmada de gracia. Esto indica que el ángel no está diciendo que María está llena de gracia (en ese momento), sino que se está refiriendo a ella como la "llena de gracia" (por siempre). (Cabe resaltar que esta palabra con la que él ángel identifica a María solamente es utilizada para ella en toda la Escritura).

Entonces, ¿qué llevó a Lucas a “crear” una palabra para referirse de esa manera a la Santísima Virgen a tal punto que la palabra kejaritomene no es utilizada por la literatura griega sino hasta el siglo V después de Cristo? Simplemente, Lucas, inspirado por el Espíritu Santo, comprendió que Dios eligió a la Virgen desde la eternidad para que fuera Madre de su Hijo y para tal fin, ella fue concebida sin pecado, sin mancha alguna.

En lo humano creo que esa gracia se tenía que sentir al estar al lado de María, como cuando estás al lado de personas que te sientes muy a gusto hablando, escuchando o simplemente disfrutando de su compañía… 

Ojalá que como María transmitamos a nuestro alrededor buena sintonía. Así sea

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