Adviento y Novena



Empezamos el mes de diciembre con dos tiempos.
Adviento como no, tiempo de espera, para celebrar el nacimiento de nuestro Salvador. ¿Tiempo para qué? pues, para prepararnos para recibir a ese niño que quiere nacer en nuestro corazón. Cuatro semanas de preparación para cambiar, para mejorar, para convertirnos. 
La Novena ¿para qué? Pues, nueve días para prepararnos también para esa navidad acercándonos más esos nueve días a María y como ella saber acoger a Jesús en nuestras vidas, como ella hizo. Tiempo para conocer más a nuestra madre e imitarla… no olvidemos que fue la primera discípula. Y como no, como hacemos con nuestra madre en la tierra, pedirle algo…
Don Alberto, nuestro párroco ha decidido este año bajarla otra vez para que esté más cerca de nosotros, ya sé que es simplemente una representación escultórica de María… incluso esta ni tiene ningún valor artístico, …incluso algunos dicen que no es muy bonita… Yo sé, que no es preciosa, ni su belleza escultórica me ciega… pero representa a María la de Nazaret  y a mí me gusta me parece una imagen sencilla. Y me gusta que de vez en cuando la bajen para tenerla más cerca de sus hijos.
Antes de ayer, fue el primer día de la novena y se habló que ella fue la escogida. Entre todas ella fue la “Bendita entre todas las mujeres”. 
Había una oración que se rezaba hace mucho tiempo en la novena de Fátima y que a mí me gustaba especialmente y decía: 
”Madre mía, ya no soy peregrino porque he llegado a tu hogar que es mi hogar, era mucho lo que pensaba pedirte y muchas las amargura que necesitaba dejar ante tu altar, pero al verme bajo el imán de su mirada su luz ha hecho que me olvide de todo lo que dejo atrás. Mis penas, mis alegrías, las mías y las que no son. Tan sólo te pido que desde hoy mi vida sea una vida nueva, de sacrificio, de oración de amor a mis hermanos. Todo lo demás queda encomendado a tu corazón. Amén “


Que María nos ayude a cambiar de vida

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